lunes, 18 de octubre de 2010

ESTÉTICA Y ARTE

Vivimos en la época del triunfo de la estética. Una simple búsqueda en Internet mostraría el vastísimo campo que ocupa ahora, desde la cirugía plástica hasta el diseño, pasando por cientos de fenómenos.

Sin embargo, esta extensión del campo de la estética está acompañada de un constante desplazamiento que lo aleja del arte. Ahora cada uno va en dirección opuesta. Como dice Danto, el arte sufre de odio a la belleza. Y a su vez la mercancía está ávida de estética, porque esta constituye en muchos casos su principal valor agregado, a tal extremo que podemos dejar de lado aspecto de la función de los objetos.

Esto es lo que caracteriza esta época de exaltación capitalista de la estética, un capitalismo rápido que requiere que su circulación se haga cada vez a una mayor velocidad.

Unidos en su inicio, arte y estética tensaron tanto su cuerda que al fin de rompió; cada uno salió disparado en dirección opuesta, a tal extremo que son irreconocibles. De allí las enormes dificultades de pensar una estética del arte y de igual manera, los aspectos artísticos de las mercancías o la posibilidad de considerar al diseño, arte sin más.

Ahora la tarea consiste en construir una estética que incluya al arte, que los vuelva a juntar, sin dejar de lado el campo expandido. Tarea que solo será posible si se encuentra un camino para la belleza de los objetos, que no esté supeditada al capitalismo veloz y feroz.

Por ahora y manera provisional postulamos que esta estética comprensiva puede empezar su trabajo desde una mirada caníbal; esto es, una estética depredadora que cree un "entrelugar" en la terminología de Silvanio Santiago –in between- , un espacio y un tiempo que fracturen el espacio-tiempo lineal del capital.

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